
El coaching considera el lenguaje, emociones y cuerpo como interconectados, moldeando cómo interpretamos situaciones y cómo nos relacionamos con los demás.
El coaching ontológico investiga cómo cada persona observa el mundo de manera única y subjetiva. Esta "mirada" condiciona nuestras interpretaciones, decisiones y respuestas, limitando o ampliando las posibilidades de acción para enfrentar desafíos y alcanzar metas personales.
Al cambiar nuestra interpretación de los hechos, ganamos libertad para tomar nuevas acciones, logrando una transformación auténtica y duradera.